Revelaciones menores - Begira

Revelaciones menores

Si alguna vez me he sentido próximo a una revelación,  una revelación menor, pequeña, un mensaje mediocre de las esferas o los dioses, he intentado, sé que sin éxito, acercarla a lugares con cierto ambiente, que se me antojaban por decirlo de algún modo como un lugar donde el espíritu se sentiría importante, un lugar, si se me permite, con glamour. Intenté así aproximarme a la revelación en Micenas, en Florencia o en Finisterre, y, sobre todo, lo que ya hubiera sido la revelación en su estado más puro, en la tumba de Morrison. A veces hubo chicas, a veces no, a veces estaba sobrio, a veces no, y luego he olvidado caras y nombres hasta quedar lugares, y luego ya los mezclo, los cito mal, quedando ya para siempre sólo la seguridad completa de no haber tenido una revelación. Así la práctica de la revelación está llena de ansiedad, uno se imagina tener que contar que algo le sido revelado en Terrassa, Amorebieta o Getafe y se le viene el mundo encima, y es tan sencillo pensar, ya que estoy en Micenas o frente a la tumba de Morrison tengamos la revelación ahora. No funciona así: nada nos es revelado. Todo revelado miente.