Nos pasamos los veranos de nuestra adolescencia esperando sin éxito un improbable autobús lleno de suecas anunciado desde los entusiastas noticiarios del régimen para, en esta juventud otoñal con poca esperanza, pero aún con pelo, encontrarme de pronto con la prometida matrona escandinava bajo la forma de una espléndida oca. Esta mañana en los espacios naturales del delta del Llobregat, desde el aguardo de Cal Tet una barnacla cariblanca (Branta leucopsis) ejercía de pequeña maravilla entre cormoranes y fochas.