Lo que sueña una anciana mientras da de comer a las palomas sustenta la materia, todo se disgrega cuando las palomas parten. Los universos no son paralelos, cuando un mundo se destruye es para siempre, los organismos no se extienden en ningún continuo, en otros universos la anciana puede alimentar cornejas, reinitas o gorriones, y aún hay dimensiones exóticas donde lanzan migas de pan empapadas en anisete a guacamayos jacinto, o alimentan con recortes de brioche a especies de colibríes con tres pares de alas. Sólo la anciana, el alimento y el pájaro se mantienen mundo tras mundo porque, como avisó Heráclito, algo sí permanece.