Extraños dinosaurios secándose al sol

Una y otra vez al querer compartir fotos de pequeños paseos, más imaginados que vividos, para ver pájaros, me enfrento con la evidencia de que ya os he dicho que son hermosos, que explican lo quieto y lo que se mueve, dan sentido y dirección, estructuran la realidad, y además vuelan. Y me pregunto entonces si puedo estar toda la vida repitiendo cosas tan básicas como que los pájaros son la argamasa misma de la existencia: explicar una cerveza, un croissant, un pájaro. Pero los pájaros son tozudos e insisten en darnos razones, hoy, en Santoña, una conjura de pequeños pájaros marrones, orgullosos pájaros blancos y extraños dinosaurios secándose al sol perfilaban un puerto, una cárcel, un polígono industrial haciéndolos, haciéndonos, diminutos e innecesarios.

 

Zarapito real (Numenius arquata), Santoña octubre 2013