Día vigesimoquinto

«Día 25 del Apocalipsis y de San Amancio, no se si recordáis que al entrar en el Octavio el meadero (cualquier otro nombre sería impropio) estaba a la izquierda. Junto a la puerta del baño o quizás en la misma puerta había un dibujo del propio bar con un poema debajo. Yo tenía por casa un librito que traía el poema y al que no había prestado mucha atención, pero que el leerlo en el sitio adecuado me hizo recuperarlo».

Día vigesimoquinto

«Octavio en el Octavio con uno de nuestros suscriptores. Al fondo se ve el marco con el dibujo y el poema.
El poema era Sin el dragón nocturno de Malcolm Lowry. Lowry era en aquella época muy popular entre nosotros por su novela Bajo el volcán, pero generalmente no pasábamos de allí. El libro, una antología muy breve de sus poemas, lo perdí en una mudanza, pero afortunadamente se reeditó a mediados de los 90 y pude recuperarlo. La traducción es de Mariano Antolín Rato».

Aquí la portada de Poemas de Malcolm Lowry de editorial Visor, 2ª edición Madrid 1995.

«Ideas de libertad están atadas a la bebida.
Nuestro ideal de vida contiene una taberna
Donde un hombre puede sentarse y hablar o sólo pensar,
Sin ningún miedo al dragón nocturno;
O bien otra taberna donde no aparecen
Letreros de No se Fía ni de No hay crédito
Y, dejando aparte las ilimitadas cervezas,
Nos sentamos tranquilamente borrachos y locos a editar
Panfletos de un país realmente mejor donde un hombre
Puede beber un vino más delicado, ¡Ah!, no destilado
Que intoxica sutilmente sin dolor,
Tejiendo la visión de una taberna inasimilable
Donde siempre podemos beber sin pagar
Con la puerta abierta, y el viento soplando».

La despedida habitual.