Día trigésimo segundo

«Día 32 del Apocalipsis, día de Santa Potenciana, tercer día de la octava de Pascua (ayer le llamé novena porque tiendo a llamar novenas a todos los ciclos devocionales de una semana, pero este y el de navidad son “octavas”). Decía Borges que la historia universal es la historia de unas cuantas metáforas. Augusto Monterroso, excelente lector de Borges entre otras cualidades añadiría que sólo hay tres temas: el amor, la muerte y las moscas; luego que preferiría dejar a otros ocuparse de los dos primeros y tratar él sobre las moscas. En eso estaba cuando me he puesto a pensar en metáforas y moscas.  Decía François Villon (poeta, ladrón y casi ahorcado) para explicar su capacidad de ver lo obvio “distingo las moscas en la leche”.  Algunos de mis suscriptores, en especial aquellos que pronunciaron la frase inmortal de “¡sol y moscas!” saben de qué hablo cuando digo pensar en moscas».

«El libro de Monterroso Movimiento perpetuo trata el asunto en profundidad y bastaría para encontrar versos divertidos como estos de Apollinaire “Nuestras moscas saben canciones / que en Noruega les enseñaron / las moscas gánicas que son / las blancas diosas de la nieve” (Nos mouches savent des chansons / Que leur apprirent en Norvège / Les mouches ganiques qui sont /Les divinités de la neige). No sé qué es ganique, en el Larousse no viene y gánico no parece que sea una castellano».

Aquí la portada de Movimiento perpetuo, de Augusto Monterroso, Alfaguara, colección Alfaguara bolsillo nº 156, segunda edición septiembre 1999.

 «Este libro lo compré hace más de veinte años sobre las tres de la madrugada en la estación de servicio de Alfajarín, en Miranda lo había terminado. En los días siguientes me lo leí tres o cuatro veces más, retorno a él con cierta asiduidad».

«Lámina de moscas verdaderas del libro de Michael Chinery Guía de campo de los insectos de Europa, lo que me hace suponer que hay moscas falsas».

Día trigesimosegundo

«Entonces me he puesto a buscar moscas por la biblioteca y en un momento han aparecido las de Beckett (¡un premio Nobel!)».

«Muerta entre
Sus moscas muertas
Un soplo de aire
Mece la araña».

«Y en “Milagros de Nuestra Señora” de Gonzalo de Berceo me encuentro que a los abanicos se les llama moscaderos.

Colgaba delant ella un buen aventadero
En el seglar lenguaje dízenli moscadero;
De alas de pavones lo fizo el obrero:
Luzié como estrellas, semejant de luzero.

Después decidido parar, mañana habrá más moscas, o más metáforas que viene a ser lo mismo».

«Parte de los volúmenes utilizados para confeccionar este texto. No se ha maltratado a ninguna mosca, al menos conscientemente. Y recordad que con la edad empiezan a verse “moscas”, es normal».

Día trigesimosegundo

Al día siguiente mantuve este diálogo con una amable lectora:

─ ¿Entonces mouches ganiques es una metáfora de divinidades de la nieve?
─ Es lo que tratábamos de averiguar, alguien de filología francesa nos viene bien, y un gin tonic mejor.
─ No conozco el vocablo. Paso la bola a una francesita y a un francesito.
─ El poema está sacado de Bestiaire de Guillaume Apollinaire, por si te sirve.

Al cabo de un rato reenvía este comentario de uno de sus corresponsales “Insectes utilises comme instruments de magie par les Lapons, source Wiktionary”.

Ya al día siguiente llegaría la referencia en extenso.

«Alors, dans mes notes sur la mythologie:
1) Louis Leouzon le Duc dit que ce sont des esprits entièrement dans la dépendance du Naaid (sorte de druide magicien nordique).
2) Jean Paul Migne dans son dictionnaire universel des religions, les compare à des insectes venimeux et semblables à des poux.
3) la mouche ganique est un insecte utilisé, selon la mythologie, comme un instrument de magie par les lapons».

Le contesto ─Muchas gracias, el Apocalipsis es largo y la entomología mítica una fuente inagotable de satisfacciones. Desea un buen año a tus corresponsales transpirenaicos.

La despedida habitual.