Día trigésimo primero

«Día 31 del Apocalipsis, día de San Tiburcio, segundo día de la novena de Pascua. Todos recordaréis la película de 1994 4 bodas y 1 funeral de Mike Newell. Si hurgáis en la memoria, en el funeral de Gareth su compañero Matthew, al que interpreta John Hannah, lee un poema que termina más o menos así “Él era mi norte, mi sur, mi este, y oeste, mi semana de trabajo y mi descanso de domingo, mi mediodía, mi medianoche, mi habla, mi canción. Pensé que el amor duraría para siempre. Estaba equivocado”».

https://youtu.be/Lx5KrLmncLg

«Ayer os hablaba de T. S. Eliot, Eliot fue el padrino de la publicación en 1930 del primer libro importante de poemas del autor de esos versos: W. H. Auden (creo recordar que Matthew le llama “magnífico cabronazo” cuando dice que va a leer un poema). Sólo he leído una selección de sus poemas que publicó hará unos 15 años Galaxia Gutenberg Los señores del límite, pero uno de sus poemas Los observadores (The Watchers) me parece pertinente, espero que también os lo parezca a vosotros».

Aquí aparecía la portada de Los señores del límite de W.H. Auden de la edición de Galaxia Gutemberg, Barcelona 2007.

«The Watchers

Now from my window-sill I watch the night,
The church clock’s yellow face, the green pier light
Burn for a new imprudent year;
The silence buzzes in my ear;
The lights of near-by families are out».

«Esta es la primera estrofa os pongo el poema según la traducción de esa edición, y aunque es un poco largo, espero que lo disfrutéis. Es de 1932».

«Los observadores

Acodado en el alféizar me asomo a ver la noche:
El rostro amarillento del reloj de la iglesia, la luz verde del muelle
Llameando en honor de otro año imprudente;
Zumba el silencio en mis oídos;
Se apagaron las luces de familias vecinas.

Bajo la oscuridad todo parece inmóvil;
La gran lila, lo mismo que una conspiradora,
Se hace la muerta sobre el césped,
Y arriba, junto al asta de bandera, la Osa Mayor
Cuelga como un portento sobre Helensburgh.

Oh Señores del Límite, que trabajáis con luz y oscuridad
Disponiendo un tabú entre diestra y siniestra,
Los tranquilos gemelos influyentes
De los que emana toda propiedad,
Miradnos esta noche con indulgencia.
Nadie os ha visto: nadie puede decir, “Hace muy poco…
Aquí. Mire estas huellas… Andan cerca, al acecho”,
Pero en mis pensamientos, esta noche,
Me parecéis figuras que vi una vez en sueños,
Los robustos guardianes de una finca rural.

Los fusiles al hombro, con lluvia o cielo claro,
Apostados en puertas o altozanos,
Junto a puentes y sotos os sabemos ahí:
Vuestra insomne presencia con su eterna amenaza
Nos invita a apreciar la paz de que gozamos.

No miréis muy de cerca, no seáis muy veloces;
Nadie nos ha invitado, pero estamos enfermos,
Usando los ardides del topo, las maneras
Del pavo o el sombrío coraje de la rata,
Y sólo con un truco sabremos despistaros.

La órbita del año se adentra en el verano.
Qué importa si el hambriento visionario
Ha visto el carnaval dentro de nuestras verjas,
Vuestros cuerpos pisoteados por las calles…
Aún vuestro poder nos hace falta: empleadlo, que nadie
Abandone su mesa llevado de un impulso,
Lanzándose de pronto, insensible ante el daño,
Con peligro en un cuarto o girando salvaje-mente sobre los campos igual que una peonza,
Barriendo y abatiendo por entre el día insomne».

Enlazaba entonces un vídeo donde Auden leía una selección de su poesía grabado en diciembre de 1961.

«Para los estudiantes de inglés: la voz del poeta en https://youtu.be/pgAh0wg8T8M».

La despedida habitual.