Día trigésimo octavo

Día 38 del Apocalipsis, día de San Anselmo de Canterbury, benedictino y doctor de la Iglesia desde 1 720, martes de la segunda semana de Pascua. Lo cierto es que estos últimos días me he puesto muy serio y que no necesariamente la calidad está reñida con la felicidad o con la alegría. Hay excelentes poetas, mayores y menores, muy divertidos, así a bote pronto recuerdo poemas de Nicanor Parra o Gloria Fuertes que me hicieron reír a carcajadas. Dejémoslo por hoy, antes de que me tiréis piedras, en un par de poemas felices, pero no superficiales, de Bernardo Atxaga.

El poema Familia V donde Shola habla de los día malos:

«Hay días malos en la vida.
Son verdaderamente malos, efectivamente.
¿Y qué pasa entonces?
Pues pasa que me meto debajo de la cama.
Eso pasa, efectivamente.

Va Grogó y me dice: ¿Salimos de paseo?
Yo le digo: ¡No! ¡Déjame en paz!
¿No ves que es un día malo, efectivamente?

Luego viene Mary Brau Brau
y me invita a jugar a los ratones.
Yo le digo: ¡No! ¡Déjame en paz!
¿No ves que es un día malo, efectivamente?

Más tarde vienen los dos juntos,
me ruegan, me imploran, me lloran etcétera.
¿No quieres leer un cuento muy divertido?, dicen.
Yo no digo nada, guardo silencio, efectivamente,
porque yo soy así, tengo mucha personalidad.

Viene por fin una señora, y me razona así:
¿No quieres salir de debajo de la cama?
Ya sé que es un día malo efectivamente,
pero es que pasa una cosa…
¿Qué cosa?, pregunto yo toda intrigada.
Ella responde: Pues pasa que te he preparado
un plato de carne con arroz. ¿Qué hago? ¿Lo tiro?
¡¿Tirar?, grito yo, ¿Estás loca o qué?!
Salgo de mi escondite
y voy a la cocina disparada;
toda regla tiene sus escorpiones.»

Y el poema Familia VI donde Shola habla sobre cómo es el mundo:

«El mundo es muy grande,
es bastante infinito.
Lo sé porque he viajado
en coche, en avión etcétera.

¿Cuántos sitios tiene?, me pregunto.
Exactamente cinco sitios, me respondo
después de hacer mis cálculos.

Tiene uno que está lleno de gatos.
Está muy bien, hago mis persecuciones.
Es un sitio bueno, ya digo.

Tiene otro sitio que está muy lejos de Aquí.
Está muy lejos de Aquí y se llama Pekín.

El tercero es un sitio con una señora.
Ella come muy bien Allí.
Yo también como muy bien Allí, siempre carne.
Es de lo mejor que conozco.

Hay también otro sitio que está arriba del todo,
y tiene muchas cosas, estrellas etcétera.
Hay por fin un quinto sitio en el mundo,
un sitio al que yo llamo Aquí.
Le llamo Aquí porque siempre estoy aquí.
A la gente de Aquí no le gusto nada.
Un día iba por la calle y me pegaron.
Esto que pasa Aquí me pone muy triste,
y sólo una cosa me consuela.
Me consuela pensar
Que nadie es croqueta en su tierra.»

Podéis encontrar ambos poemas en el libro, editado por Visor en 1990, “Poemas & híbridos”.