Día quincuagésimo quinto: invocar a las musas

Día 55 del Apocalipsis y de San Heladio, que no es, es San Martín de Porres, pero debiera ser, patrón de los peluqueros ya que fue el que ordenó a Amador, el primer tonsurado, día Mundial de la Cruz Roja y ya nada más porque tal día como hoy desapareció una buceadora rusa y me he liado con eso y se me ha ido el santo al fondo.

Del Caos, surgen la tierra, Gea, y el cielo, Urano, que engendrarán, entre otros a los doce Titanes. Tres nos interesan para nuestro asunto: el creador, el que separará el cielo de la tierra, Cronos, la gran madre, Rea, y la memoria, Mnemósine. La descendencia de Cronos y Rea serán los dioses y entre ellos Zeus el que se llevará el gato al agua. Tras su guerra para la toma del poder, en la que derrotará entre otros a los titanes, pondrá un poco de orden en los asuntos de las grandes casas y aprovechará para mantener una relación con su tía Mnemósine de la que nacerán las Musas.

Día quincuagésimo quinto - las Musas

Os hago una genealogía resumida de los protagonistas.

Todas las musas tienen una cierta relación con la poesía, porque esta es, como he intentado decir estos días, por poner un término que ha hecho fortuna, transversal. Todas se ocupan de varios aspectos de la belleza, pero en algún modo tienen una parte de culpa en la inspiración poética, así Calíope se ocupa de la épica, Clío de la epopeya, Erató de la lírica, Euterpe de la armónica de Edu, Melpómene de la tragedia, Polimnia de la poesía religiosa, Talía de Edu cuando está con la rusa y de la poesía pastoril, Terpsícore también lleva el negociado Edu en su relación al centro de jubilados de Sani, y ya Urania se ocupa de la didáctica.

¿Debemos creer en la inspiración como elemento de la creación? Borges ya nos señaló la extrañeza de los distintos poetas enfrentados a este problema «A la doctrina “romántica” de la inspiración que los clásicos profesaron (…) Su reverso es la doctrina “clásica” del romántico Poe, que hace de la labor del poeta un ejercicio intelectual».

«Háblame Musa, del hombre de múltiples tretas que por muy largo tiempo anduvo errante, tras haber arrasado la sagrada ciudadela de Troya, y vio las ciudades y conoció el modo de pensar de numerosas gentes», escribe Homero para empezar la Odisea. La Ilíada comienza con la invocación a la Musa «Canto ¡oh Musa! de Aquiles, hijo de Peleo, la cólera funesta que causó infinitos males a los griegos».

La inspiración divina de la poesía no es una particularidad, la locura sagrada que inspira a los que dicen en las culturas chamánicas, la inspiración de Yahvé a los cantos proféticos, la palabra como fuente de poder en los rituales de todas las religiones, las letanías, los cantos augurales. Aquí todo dios está convencido de que alguien le dice cosas, todo cristo oye voces, pero siempre es lo mismo, pis de yegua, humo de cualquier hierba, fermentado de zumos variopintos.

Creo que fue Picasso el que dijo que cuando llegara la inspiración lo único que esperaba es que le pillara trabajando. Lo que no es muy justo para las musas que son, como todos sabemos, quienes de verdad se lo curran. Quevedo en una de sus Premáticas pide que haya periodos de veda de musas como los hay de caza «advirtiendo los grandes buchornos que hay en las caniculares y nunca anochecidas coplas de los poetas del sol, como pasas, a fuerza de los soles que gastan en hacerlas, les ponemos perpetuo silencio en las cosas del cielo, señalando meses vedados a las Musas, como a la caza y pesca, porque no se acaben con la priesa que las dan». Aquí “soles” vale por los ojos de la amada, metáfora común, y “priesa” por acoso. Sería vedar a las musas para que ciertos poetas dejen de dar la tabarra para ver si se benefician moza.

Dicho esto veremos lo que nos dura la musa y señalar que Sharon Stone estaba hermosísima como musa en “La musa” de 1999, aunque la peli era muy floja. Mañana quizás sea otro día.